Los obesos presentan elevados niveles de serotonina al amanecer, lo que les ocasiona aversión y rechazo por el desayuno .A la vez que los acentuados descensos de serotonina presentes a media tarde, incrementan su apetito y los impulsos adictivos hacia las harinas, dulces y chocolates.
Estas bruscas oscilaciones de la serotonina cerebral promueven en los obesos un horario de alimentación invertido. Una tendencia a comer más antes de dormir que antes de trabajar, es la llamada dieta invertida.
Daniela Jakubowicz
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