Descubren por qué hay pacientes con HIV que logran frenar el avance del virus.

Se trata de una mayor capacidad para generar unas determinadas moléculas.

Científicos de Barcelona lograron dar con la característica biológica que le permite a estas personas controlar el virus de manera natural. Se trata de una mayor capacidad para generar unas determinadas moléculas.
Investigadores españoles comprobaron que las moléculas alfa-defensinas 1-3, que segrega de forma natural el organismo, son capaces de controlar la progresión de la infección del virus del sida sin necesidad de que el paciente se someta a una terapia retroviral.
El estudio, publicado hoy en la revista norteamericana PLoS ONE, es el resultado del trabajo realizado durante tres años por científicos del Hospital Clínico de Barcelona bajo la dirección de la doctora Marta Rodríguez García, especialista en ese campo.
Josep Maria Gatell, jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas del centro hospitalario, explicó que un cinco por ciento de las personas infectadas por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (HIV) son capaces de controlar la enfermedad por sí mismas, es decir, mediante las defensas que crea su propio cuerpo.
El estudio demostró que la enfermedad no avanza en estos pacientes porque sus células dendríticas son capaces de producir niveles de moléculas alfa-defensinas superiores a lo normal.
Este descubrimiento abre una nueva vía en la investigación de alternativas terapéuticas para controlar el sida, ya que si se consigue "estimular la segregación de estas moléculas", se podrá "conseguir que el paciente mantenga bajo control la enfermedad", aseguró Gatell.
En ese sentido, el jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas aclaró que, de momento, no se sabe "cómo estimular esta segregación", por lo cual "hay que seguir investigando".

No obstante, "este factor es potencialmente modificable" porque "procede del número de copias del cromosoma ocho", añadió la inmunóloga Teresa Gallart.
Para realizar el estudio, los investigadores analizaron las células dendríticas de personas sanas, pacientes infectados por el sida que consiguen controlar por sí mismos la enfermedad y pacientes que necesitan terapia antiretroviral para evitar la extensión de la infección.
El resultado fue que los pacientes que consiguen controlar por sí mismos la enfermedad tienen una capacidad de segregar moléculas alfa-defensinas diez veces superior al resto de las personas.

Estos pacientes son denominados "controladores de elite" y, según Gatell, "el reto es conseguir que el resto de pacientes también se conviertan en controladores de elite".